El nueve de octubre es el Día de la Comunidad Valenciana, en el cual se conmemora la entrada en esa fecha de 1238, del rey de la Corona de Aragón Jaime I en la ciudad de Valencia, poniendo fin al dominio musulmán que imperaba en la misma.
Tras la conquista de los territorios valencianos, el rey decidió dotarlos de una personalidad propia y unas leyes específicas (Els Furs), fundando el Reino de Valencia dentro de la Corona de Aragón. Por tanto, el nueve de octubre se celebra el nacimiento del pueblo valenciano.
Dado el carácter tan valenciano de esta fecha, todos los años en la misma se celebran procesiones cívicas con personalidades de la política y la cultura valencianas, manifestaciones nacionalistas y festejos que recuerdan las tradiciones de la tierra. También es Sant Donís, el día de la mocadorà, una vieja tradición valenciana que consiste en que los novios o maridos regalan un pañuelo de seda con figuritas de mazapán a sus amadas. Es, por tanto, un día de los enamorados muy valenciano.
En el siglo XIII, los reinos cristianos de la Península Ibérica aprovecharon la descomposición política de Al-Andalus para iniciar la conquista de los territorios musulmanes. La Corona de Aragón empezó en 1210, cuando el rey era Pedro II (Pere el Catòlic) tomó algunas poblaciones, pero la muerte de éste interrumpió la campaña.
Fue su hijo Jaime I (Jaume I el Conqueridor) quien en 1225 decidió, tras una reunión con sus cortes en Tortosa, seguir con la conquista de las tierras musulmanas del sur de su reino. Ese mismo año intentó tomar Peñíscola mediante un asedio, pero fracasó al disponer esta población de suficientes armas y víveres para resistir.
En 1231, Jaime I se reunió con el noble Blasco de Alagón y el maestre de la Orden Militar del Hospital en Alcañiz para fijar un plan de conquista de las tierras valencianas. Blasco de Alagón recomendó asediar las poblaciones en terreno llano y evitar las fortificadas. Sin embargo, lo primero que se tomó fueron dos enclaves montañosos: Morella, aprovechando Blasco la debilidad de su gobierno musulmán; y Ares, lugar cercano a Morella tomado por Jaime I para obligar a Blasco de Alagón a que le entregara Morella.
Tras el paréntesis mencionado, los esfuerzos se dirigieron a conquistar Borriana (o Burriana en castellano) desde el norte, para lo cual los ejércitos de Jaime I se apoderaron de todas las poblaciones que encontraban por el camino (Jérica, Alcalatén, Peñíscola, etc.).
Finalmente, Borriana fue asediada en 1233 y conquistada. El siguiente objetivo sería Valencia, pero para asegurar un buen asedio, previamente conquista Cullera para tenerla rodeada por el norte (Borriana) y por el sur (Cullera).
Tras conseguir Cullera, las tropas de Jaime I atacaron las alquerías (ahora pueblos) que rodeaban Valencia y después tuvieron intención de ir a por el castillo de El Puig. Sin embargo, los musulmanes se enteraron de este plan y lo destruyeron, pero cuando estuvo en poder de Jaime I, éste lo reconstruyó y lo utilizó para planear la conquista de Valencia.
El rey aragonés empezó a acosar todo el territorio que había desde El Puig hasta la ciudad, razón por la cual el gobernador moro Zayyan le ofreció diversos castillos, un alcázar y una renta a cambio de que dejara de atacar su territorio.
Ante el rechazo de la oferta por parte de Jaime I, Zayyan envió un ejército contra El Puig que fue derrotado. Los musulmanes huyeron a Valencia, ciudad que se encontraba fortificada, para protegerse de las tropas de la Corona de Aragón.
El 22 de abril de 1238 Jaime I empezó a asediar Valencia, hasta que el 28 de septiembre (la vespra de Sant Miquel según la crónica) la ciudad se rindió por el hambre de sus 15.000 habitantes y se firmaron capitulaciones.
En éstas se establecía que los musulmanes que vivían en ella podían quedarse o marcharse con todas sus pertenencias, y se acordaba que Jaime I no atacaría la zona entre Cullera y Denia durante siete años, a cambio de recibir de Zayyan todos los castillos y villas al norte del rio Júcar.
Los musulmanes, incluyendo a Zayyan, emigraron hacia Cullera, y Jaime I llevó a cabo la entrada oficial en Valencia el 9 de octubre de 1238. Ese mismo día hubo un desfile de los conquistadores cristianos hacia la mezquita mayor, donde días antes se había colocado un altar, para convertirla en catedral como había prometido en Lleida en 1235.
Asimismo, la ciudad de Valencia pasó a ser la capital de un nuevo reino integrado en la Corona de Aragón: el Reino de Valencia, las tierras del cual fueron repobladas principalmente por aragoneses en el interior, y por catalanes en la costa, los cuales convivieron durante mucho tiempo con los musulmanes que se quedaron.
De esta manera, el rey Jaime I conquistó Valencia sin ninguna violencia, y gracias a su voluntad de no anexionar las tierras adquiridas ni al Reino de Aragón ni al condado de Cataluña para convertirlas en un nuevo reino, surgieron los valencianos como pueblo.
Una de las versiones que documentan el uso de las barras como divisa de Aragón es que dado que los reyes de Aragón eran feudatarios de la Santa Sede, debieron usar en sus escritos cintas de los colores de Roma, rojo y amarillo, como muestra de protección papal, y que con el tiempo pasaron al escudo y la bandera.
El Pendón de la Conquista (Penó de la Conquesta), reproducción fiel de La Señera Real de Jaime I se le concede a la Ciudad y Reino de Valencia por este rey hacia fines de 1238, probablemente cuando ya se había añadido un quinto bastón dorado que simbolizaba a Valencia. La inscripción en latín: "Año-1-2-3-8" que figura en la parte superior de las barras amarillas, fué con seguridad añadida mucho después.
La Señera Valenciana o Señera coronada es la tradicional "Senyera", sus colores simbólicos los forman cuatro barras de gules sobre fondo de oro, coronadas sobre franja transversal azul junto al asta adornada con lambrequines, esta bandera contiene franjas rojas sobre fondo amarillo porque en su día Valencia perteneció a la Corona de Aragón, y fue concedida a la ciudad de Valencia por Pedro IV el Ceremonioso, como reconocimiento a la resistencia opuesta por esta ciudad a Pedro I el Cruel de Castilla, durante la Guerra de los dos Pedros (1356-1365).
De este modo, inicialmente podría haberse tratado de una señal heráldica que fue evolucionando hasta adoptar la forma de una bandera, con una corona sobre las barras de los reyes de la Corona de Aragón, convirtiéndose con el paso del tiempo y en la actualidad en la bandera de la Comunidad Valenciana. En la moharra, sobre el yelmo, un "rat penat" o murciélago. Esta enseña tiene honores de Capitán General con mando en plaza.
Al extender sus dominios Jaime I "el Conquistador" (1213-1276) iría sumando bastones de oro a su escudo, como parece desprenderse del estudio de los sellos posteriores a 1241, ya que para entonces sería soberano de Aragón, Mallorca y Valencia, conde de Barcelona y señor del Rosellón. Otra muestra que corrobora este dato pueden ser las banderas reales que este rey enarboló en la conquista de Mallorca, donde pueden contarse cinco y ocho listas amarillas.
Juan II (1458-1479), primero que introduce los palos en las monedas, representa el escudo con seis bastones salientes, razón que puede encontrarse en que el monarca tuvo bajo su cetro a los reinos de Navarra, Aragón, Sicilia, Valencia, Mallorca y los condados de Barcelona, Urgel y Rosellón, entre los tres equivalentes a un reino.
Arriba - Portada - Contenidos de ocio, cultura, deportes, sociedad en Facebook y en Twitter •
Pendón de la conquista (1238)
Senyera coronada (1365)