Algunos dueños acuden a la consulta veterinaria diciendo: mi gato se orina por toda la casa. Este comportamiento que ciertas personas califican de “anormal” en su gato, probablemente, tenga una sencilla explicación médica o una causa razonable según la naturaleza felina.
¿Por qué lo hacen? La gran mayoría de gatos que orinan fuera de sus bandejas sanitarias se debe a:
Muchos felinos que viven en casas repiten en el interior del hogar los modelos de marcaje dictados por su instinto, lo que choca con los hábitos de los propietarios por las molestias que pueden ocasionar.
Los principales métodos de marcaje que realizan los gatos son a través de señales olorosas, impregnando el territorio con sus feromonas. Cuando un felino marca puede hacerlo frotando con la cabeza, apoyando las almohadillas de las patas, orinando o arañando (señal de marcaje visual).
Quizá el método que más fastidia a los propietarios del gato es cuando decide orinar. Para marcar mediante la orina el gato vuelve su trasero hacia un soporte vertical, eleva la cola, hace vibrar la cola y lanza uno o varios chorros de orina hacia atrás.
Es importante saber diferenciar cuando un gato orina fuera de la bandeja por cuestiones de conducta (marcaje o problemas con la bandeja) o cuando es por cuestiones médicas (incontinencia). Para un propietario quizá resulte difícil reconocer la diferencia, por eso se debe recurrir a los profesionales.
Cuando el propietario detecte alguna conducta de eliminación inadecuada de la orina en su gato, debe acudir al centro veterinario para que los veterinarios diagnostiquen la causa concreta. Dependiendo del porqué de esta eliminación inadecuada se procederá de una manera u otra, tratando al animal si resulta una causa médica o proponiendo otro tipo de solución en los casos debidos a la conducta.
Si finalmente resulta que el motivo de la eliminación inadecuada se debe a cuestiones de conducta, el veterinario podrá proponer:
Uso de feromonas sintéticas apaciguadoras.
Valorar y corregir las condiciones de la bandeja sanitaria y el sustrato de la misma.
Emplear ciertos fármacos o productos que reduzcan el estrés.
Llevar a cabo un protocolo de corrección de conducta establecido por profesionales.
Esterilizar o castrar al gato (según indicaciones veterina¬rias en cada caso).
Elegir bien
A la hora de elegir la bandeja y el sustrato hay que tener en cuenta:
Elegir un tamaño de bandeja proporcional al del gato y que sus bordes no sean muy altos.
Si la bandeja está cubierta, valorar si es del agrado de la mascota o si la prefiere sin techo.
Situarla en un lugar accesible para el gato pero que tenga intimidad, sin ruidos ni mucho tránsito de personas u otras mascotas.
Si conviven varios felinos juntos, disponer de una bandeja más al número de gatos.
Retirar los desechos del gato todos los días y cambiar completamente la arena en cuanto se perciban olores fuertes, aproximadamente una vez a la semana.
Valorar la apetencia por parte del minino de los sustratos perfumados o con textura especial, no todos los gatos los aceptan.
Fuente: Colegio Oficial de Veterinarios de Alicante (4/17)
El asma, tanto en los humanos como en los gatos, es una enfermedad crónica que rara vez se cura. Los signos clínicos de esta patología pueden ser constantes o intermitentes, moderados o graves; es decir, la presentación clínica del asma felina puede variar con el tiempo en un mismo individuo y mostrarse de forma totalmente diferente en distintos pacientes.
El asma felino puede afectar a gatos de todas las edades. Algunos especialistas concluyen que los gatos siameses son más propensos y padecen la forma más crónica de la enfermedad. Además, en un porcentaje alto de los casos son animales con tendencia a la obesidad.
La bronquitis alérgica felina o asma se caracteriza por ser una enfermedad de origen inmunomediado que afecta a las vías respiratorias bajas (bronquios, bronquiolos y alveolos) y tiene un componente alérgico.
Los enfermos presentan limitaciones respiratorias debido a la inflamación de las vías respiratorias que pueden provocar el broncoespasmo y obstrucción reversible de dichas vías.
Entre los signos clínicos se pueden destacar:
• Episodios ocasionales y breves de tos.
• Tos crónica. • Disnea (respiración con dificultad). En ocasiones respiran con la boca abierta. • Taquipnea (respiración rápida).
• Sibilancia (ruidos al respirar).
• Cianosis (por falta de oxígeno grave).
• Letargia (menor actividad).
• Según la gravedad del caso, esta patología puede incluso provocar la muerte del gato.
Los tratamientos son muy variados, ya que también son muy diferentes las presentaciones clínicas de la enfermedad en los pacientes. Si el enfermo experimenta un caso agudo con restricción de oxígeno grave, es muy probable que requiera una hospitalización inmediata. Pero son muchos los pacientes que se mantienen con bastante éxito gracias a tratamientos en casa y revisiones periódicas por los veterinarios.
Entre los tratamientos y fármacos utilizados están:
• Oxígeno
• Corticosteroides
• Antihistamínicos
• Broncodilatadores
• Antitusivos
• Mucolíticos
• Expectorantes
• Antibióticos
• Otros
Muchos de estos fármacos se pueden administrar vía inyectable, oral o a través de inhaladores.
El veterinario que realiza el seguimiento del paciente determina cuál es el mejor método de administración en función de la gravedad y el carácter del gato. Hoy en día, en el mercado se pueden encontrar pequeños inhaladores especialmente diseñados para gatos que facilitan el tratamiento en casa de estos pacientes con asma.
Reducir el peso en los gatos asmáticos obesos suele mejorar los síntomas. Existen dietas especiales para conseguir el peso ideal en los gatos. No estresar al gato e impedir que se excite, porque eso empeora su respiración.
Mantener un correcto ambiente en el lugar donde vive el gato, con temperatura y humedad adecuadas. Extremar las precauciones para evitar los “catarros”.
Que no existan corrientes de aire y evitar que el enfermo quede con el pelo húmedo, por ejemplo, tras un baño. La preparación de vahos en los lugares donde habita el paciente pueden ayudar a la eliminación de moco. En ocasiones se pueden emplear terapias complementarias que se aplican a los enfermos para mejorar su calidad de vida.
Un gato con asma tiene comprometidos tanto el sistema respiratorio como el sistema cardiovascular. Los pulmones y bronquios de estos pacientes están especialmente debilitados, por lo que el gato es susceptible de padecer infecciones respiratorias secundarias. Además, debido al esfuerzo respiratorio constante que deben realizar al respirar, poco a poco el corazón y los grandes vasos sanguíneos se ven afectados y surgen problemas de tipo cardiaco.
Es importante que los gatos asmáticos sean vigilados cada cierto tiempo por profesionales para controlar la evolución de la enfermedad.
A través de pruebas diagnósticas concretas, por ejemplo radiografías, se puede observar el estado del pulmón del paciente y las lesiones que padece.
Además, los tratamientos también deben ser modificados en función de la evolución de la enfermedad.•
Fuente: Colegio Oficial de Veterinarios de Alicante (4/17)
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Los gatos tienen necesidades nutricionales diferentes a los perros debido principalmente a que las enzimas digestivas y hepáticas de ambas especies son distintas.
Aunque ambas especies pertenecen al orden de los carnívoros, no se puede considerar que los gatos sean perros pequeños. El perro, en su estado natural, se comporta más bien como un omnívoro, mientras que los felinos son carnívoros estrictos.
Esto hace que la especie felina presente una serie de peculiaridades que la diferencian de la canina.
Los gatos necesitan mucha más proteína que los perros ya que una gran parte de la misma se convierte en glucosa.
También necesitan una mayor cantidad de un aminoácido denominado arginina para poder eliminar el exceso de amoniaco de su organismo.
Para que funcione correctamente el metabolismo de los ácidos biliares, necesitan que su dieta contenga un aminoácido denominado taurina, ya que su organismo es incapaz de generarlo.
Tampoco pueden generar ácido araquidónico a partir del ácido linoleico, por lo que necesitan ingerir gran cantidad de grasas animales que lo contienen. No pueden generar niacina (una vitamina B) en suficiente cantidad, por lo que deben ingerirla con la dieta.
En principio la obesidad felina es menos habitual que la canina ya que los gatos tienen más capacidad de autorregular la cantidad de comida que ingieren. No obstante, siempre hay que controlar su peso.
Estas son algunas recomendaciones para conseguir que la nutrición de tu mascota sea la adecuada. Consulta con tu veterinario si tienes cualquier duda.
Fuente: Colegio Oficial de Veterinarios de Alicante (4/17)
La osteoartrosis es una enfermedad crónica de las articulaciones en la que se desgasta el cartílago que las protege, y en consecuencia el hueso queda expuesto al roce, con lo cual aparece primero malestar y a continuación dolor.
Es más frecuente en gatos mayores debido al desgaste natural derivado de la edad. Puede resultar difícil de detectar ya que estos animales son expertos en ocultar sus sentimientos de dolor. A la más mínima duda debe acudirse al veterinario.
Entre los factores que pueden contribuir al desarrollo de artrosis se pueden citar tres fundamentales:
1-Genética
Hay predisposición racial a determinadas alteraciones como por ejemplo:
2-Traumatismos
Fracturas, dislocaciones y otros trastornos que cambien el apoyo de las extremidades pueden derivar en artrosis secundaria en la articulación afectada.
3-Obesidad
No se trata de una causa directa, pero sí la agrava.
¿Cómo lo detectamos?
La inflamación y degeneración del cartílago va avanzando de forma progresiva, de tal modo que cuando detectamos síntomas el proceso suele estar ya avanzado.
Cuando un gato sufre osteoartrosis reduce la movilidad, hay cambios en el grado de actividad, en el carácter y en el acicalamiento.
El dolor que produce este trastorno una vez se manifiesta es muy fuerte, por lo que el veterinario instaurará el tratamiento más adecuado en función de las características del gato. Se realiza a dos niveles: por un lado médico, mediante la administración de analgésicos antiinflamatorios durante periodos prolongados, y por otro dietético, con dietas ricas en glucosaminoglucanos (con acción condroprotectora que reduce la degradación del cartílago) y ácidos grasos esenciales (que tienen efectos antiinflamatorios).
Como recomendación general los veterinarios inciden mucho en la prevención de la obesidad. Lo que se busca es proporcionarles calidad de vida, de modo que se reduzca el dolor y aumente su movilidad y por tanto su actividad. Una vez instaurada la enfermedad, además del tratamiento indicado por el veterinario, los propietarios pueden realizar modificaciones de su entorno para facilitarle al gato la movilidad y el acceso a sus sitios favoritos.
Fuente: Colegio Oficial de Veterinarios de Alicante (4/17)