En la Comunidad Valenciana el horno no está para bollos y eso permitió que la jornada de degustación de vinos alicantinos que tradicionalmente se celebra en el patio del MARQ tuviera un desarrollo más cercano a lo que siempre debió ser: ocio, networking y agradables sorpresas en el paladar.
No hubo esta vez un solemne cierre institucional y ello contribuyó a que los asistentes pudieran dedicarse a lo suyo sin los corsés que impone el horario de los cargos políticos.
Las bodegas siguen creciendo y probando nuevos cortes. Se notó en la carta de algunas firmas que trabajan en silencio y haciendo marca con sus productos, que son resultados tangibles y no promesas que se prolongan en el tiempo.
Quizás esto último ronda en la cabeza de algunos cargos políticos que, incapaces de equilibrar con sus palabras la creciente desconfianza del ciudadano de a pie, optaron por un mutis que les prolongue la vida pública. • 6/13
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